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lunes, 18 de enero de 2016

Burkina Faso: la situación actual.

Burkina Faso: la situación actual.





Capital: Uagadugú. Superficie: 274.200 km². Población (2013): 16,93 millones. Densidad de población (2013): 61 hab/km². Índice de desarrollo humano (IDH 2013; 0 mínimo, 1 máximo): 0,38. PIB/h (2013): 864 dólares. Esperanza de vida: 55,4 años.

Economía.
La economía es muy pobre, con un sector primario que padece la creciente desertización del Sahel. La agricultura de subsistencia en el sur (sorgo, mijo, maíz, maní, algodón) y la ganadería extensiva en el norte subdesértico apenas permiten sobrevivir a la mayoría de los campesinos. La desforestación amenaza la sostenibilidad del medio agrario. Una fuente fundamental de ingresos son las remesas de los emigrantes. La minería tiene importantes recursos pero apenas son explotados por las deficiencias del sistema de transportes y la inestabilidad política. Las exportaciones de productos agrícolas o artesanales son muy escasas.

Sociedad.
La mayoría de la población vive en la zona centro y sur, perteneciendo a las etnias mossi (40%), gurunsi, lobi... La religión musulmana es mayoritaria (50%), con importantes minorías animista (30%) y cristiana católica (20%), aunque hay un elevado sincretismo entre estas religiones. El idioma oficial es el francés, utilizada en las instituciones, pero la más divulgada a nivel popular es la hausa.
La alta natalidad explica el elevado crecimiento natural, lo que agrava la pobreza, generalizada en la sociedad burkinesa, con graves desigualdades sociales. 
Hay cientos de miles de campesinos que residen temporal o permanentemente en Costa de Marfi o Ghana, en busca de trabajo; las estimaciones más altas apuntan incluso a millones, y esta situación explica gran parte de las tensiones con los países vecinos, como la que en 2013 desencadenó el regreso forzado de 300.000 burkineses de Costa de Marfil. La emigración a Europa se concentra en Francia.

En los últimos año el país ha recibido numerosos refugiados que huyen de los conflictos en la zona del Sahel, especialmente de Malí.

Mercado de Uagadugú.

Las principales ciudades son Uagadugú y Bobo-Dioulasso.

Política.
El país se independizó de Francia en 1960 y desde entonces ha sufrido inestabilidad política.  Blaise Compaoré tomó el poder mediante un golpe de Estado en 1987 y, tras vencer en varias elecciones poco democráticas, se mantuvo hasta que en octubre de 2014 su nuevo intento de prolongar su mandato provocó una revuelta popular, que consiguió el apoyo de las Fuerzas Armadas y le obligó a dimitir.


El Ejército, dirigido por el coronel Zida, tomó el poder, con la promesa de convocar elecciones en un año. Finalmente, en las elecciones multipartidistas de noviembre de 2015 venció el candidato Roch Marc Christian Kaboré, un cercano colaborador de Compaoré; su contrincante, Zépherin Diabré, también fue un colaborador hasta el final.
El país afronta la amenaza terrorista de los fundamentalistas islámicos y cuenta con el apoyo de las potencias occidentales, especialmente Francia, en la lucha antiyihadista, pero la inestabilidad política y la falta de medios ha impedido mejorar la seguridad. De resultas, Kaboré fue depuesto por un golpe de Estado el 24 de enero de 2022, pese a las condenas de la comunidad internacional, y de nuevo los militares han prometido elecciones en un "tiempo razonable".

FUENTES.
Internet.

Economía.

Sociedad.

Sociedad: Cultura / Viajes.
Cases, Pedro. Suenan los tambores ‘yembes’. “El País” El Viajero 750 (15-III-2013) 10. La ciudad de Bobo Dioulasso.

Política.
Naranjo, José. El Ejército toma el control del poder en Burkina Faso. “El País” (31-X-2014) 8. El intento del presidente Blaise Compaoré, en el poder desde su golpe de Estado en 1987, de prolongar su mandato provoca una revuelta popular, que mueve a las Fuerzas Armadas a intervenir, disolver las instituciones y prometer elecciones en un año.
Naranjo, José. La revuelta fuerza a dimitir al presidente de Burkina Faso. “El País” (1-XI-2014).
Naranjo, José. El ataque yihadista al hotel de Burkina causa 23 muertos. “El País” (17-I-2016).
Parellada, G. Un nuevo atentado yihadista causa 18 muertos en la capital de Burkina Faso. “El País” (15-VIII-2017). Varios eran extranjeros.
Naranjo, J. Ataques contra objetivos diplomáticos y militares dejan 28 muertos en Burkina Faso. “El País” (3-III-2018).
Naranjo, J. Un comando de 20 yihadistas asesinó a misionero español. “El País” (17-II-2019). El misionero salesiano Antonio César Fernández, de 72 años.
Naranjo, J. Burkina Faso, el nuevo gran foco del terrorismo. “El País” (20-V-2019).
Naranjo, J. Burkina Faso vota en unas elecciones marcadas por la violencia creciente. “El País” (22-XI-2020). Análisis de la enorme crisis que sufre el país.

López, Xaquín. El terrorismo yihadista se enquista en Brukina Faso. “El País” (4-VII-2021). La larga sequía, la emigración rural, el crimen organizado, el islamismo radical y las disputas tribales alimentan la violencia.

Naranjo, J. Militares de Burkina Faso se amotinan para exigir medios contra el yihadismo. “El País” (24-I-2022).

Naranjo, J. Los militares toman el poder en Burkina Faso mediante un golpe de Estado. “El País” (25-I-2022). Suspenden la Constitución, arrestan y deponen al presidente Kaboré y disuelven el Gobierno.

Naranjo, J. Los yihadistas amenazan con atacar las capitales de Burkina Faso y Malí. “El País” (6-VIII-2022). La violencia terrorista crece en el Sahel, junto a una crisis alimentaria catastrófica.


lunes, 11 de enero de 2016

HMA 1 Mundo. Dosier: El socialismo y la socialdemocracia.

HMA 1. Mundo. Dosier: El socialismo y la socialdemocracia.

Índice.
Ideas para la renovación del progresismo en el siglo XXI.
Análisis y opiniones sobre el socialismo.

Ideas para la renovación del progresismo en el siglo XXI.



Cabe desarrollar  en el siglo XXI un nuevo conjunto de ideas para la renovación del progresismo, o llámese la izquierda, el socialismo o la socialdemocracia.
Hay un consenso generalizado, desde la Revolución Francesa, en la sociología política sobre que, si no hay añadidos conceptuales, el conservadurismo es un movimiento político de derechas por cuanto pretende mantener el poder político, económico y social de las clases dominantes sobre otras dominadas, mientras que la izquierda pretende romper esa separación, distinguiéndose la izquierda por si utiliza medios democráticos, pacíficos y reformistas de modo progresivo como defiende la socialdemocracia, o mediante el uso de los cualesquiera medios convenientes que estuvieran a su alcance, como hicieron históricamente los partidos socialistas o comunistas como el soviético o el chino. El problema de la terminología es mucho más complejo sin duda, y baste como ejemplo que el partido nazi se llamaba Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NASDP en su idioma) y compárese con el nombre de Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Uno de ultraderecha y otro socialdemócrata, enemigos acérrimos siempre.

Los problemas de la globalización, la inmigración masiva o la ecología, requieren remozar la ideología socialista y de la izquierda en general, en diversos campos, de acuerdo a las aportaciones de teóricos demócratas de un amplio espectro, a derecha e izquierda, como Ralf Dahrendorf, Joaquín Estefanía, Gray, Held, Paul Krugman, James Robinson, Sartori, Stiglitz o Gabriel Tortella. O incluso las nuevas ideas esperanzadoras que surgen de una concepción más abierta y más cercana a los pobres de la Iglesia católica, una poderosa fuerza histórica en Occidente, en las palabras del papa Francisco I.
Es un paradigma que en todas las épocas de revolución y cambios se desarrollan teorías integradoras de los sucesos, se aceptan ideologías que reivindican la reflexión y la esperanza, se produce una vuelta a los pensadores que destacan por su ecuanimidad y equilibrio. Es como si advirtiéramos en las enseñanzas de los clásicos el orden natural y humano que echamos de menos en nuestro presente revuelto y desquiciado. Y en el siglo XXI, tan tumultuoso, la necesidad de releer a los clásicos del pensamiento progresista es más viva que nunca.
1) En lo político, el igualitarismo debe entenderse en clave jacobina. Los particularismos, nacionalismos, localismos o las minorías autodefinidas, deben ser tratados con gran cautela como excepciones que confirman la regla de la igualdad ante la ley. El derecho a decidir sin el respeto a las minorías y a la ley deviene en el (sin)derecho de privar a los demás de sus derechos.
2) En lo económico, debe aceptarse el capitalismo como democrático, exigiendo más competencia y transparencia en la vida empresarial, pues el intervencionismo que antes defendía la izquierda más intervencionista ha redundado sólo en ineficacia y en el aumento de la desigualdad y los grupos de presión, como vemos en los casos infaustos de Corea del Norte y Cuba, o la degradación del modelo venezolano confirma en nuestros días.
3) En lo administrativo, debe organizarse el Estado al servicio del ciudadano, en vez de ser un conjunto de grupos de interés y cuerpos privilegiados.
4) En lo social, no debe buscarse la igualdad sino la valoración del mérito, de manera que los individuos reciban los frutos de su esfuerzo; a cambio, deben contribuir en proporción a su riqueza y capacidades.
5) En lo cultural, hay que defender los valores de la multiculturalidad, los aportes que las distintas culturas pueden realizar a la sociedad occidental, sin renunciar a los valores democráticos de la civilización moderna.
6) En lo internacional, hay que fortalecer las instituciones internacionales, dotándolas de más competencias y transparencia; ayudar al Tercer Mundo mediante la rebaja de las barreras al comercio, el apoyo a las políticas de control de la población y la mejora de la educación; una mayor atención a la ecología, a la conservación del planeta.

Análisis y opiniones sobre el socialismo.
El exministro socialista español, José V. Sevilla, en El declive de la socialdemocracia (2011), reflexiona sobre el proceso que ha conducido a la actual crisis económica y al ocaso de la socialdemocracia, que comenzó a partir de los años 1970-1980 aproximadamente, cuando el capitalismo caminaba hacia la globalización y el socialismo respondió abandonando su tradición obrerista y reforzando sus sectores más liberales.

El sociólogo español José Luis Álvarez, en Thatcher, los ciclos políticos y el PSOE, “El País” (23-I-2012), estudia cómo Thatcher adaptó con éxito a la ideología y la praxis del  partido conservador cuatro elementos de los ciclos políticos desarrollados en partidos clásicos de izquierda: ideologías más que ideas, estrategias sociales además de  representativas, cambio como lema y conflicto permanente. Ideologías más que ideas: predomina una cosmovisión vital antes que ideas concretas. Estrategias sociales además de  representativas: ocupar con gente afín las instituciones empresariales, culturales, educativas, sanitarias o judiciales, además de ganar las elecciones. Cambio como lema: en política gana quien pretende cambiar y pierde quien solo defiende el statu quo. Conflicto permanente: una búsqueda del conflicto radical, constante, sin consenso, contra algo y alguien. Álvarez considera que el PSOE debería aprender de Thatcher para refundar su ideario político, imitando estas pautas.

Joan Subirats, catedrático de Ciencia Política de la Universidad Autónoma de Barcelona, en ¿Ni de derechas ni de izquierdas? “El País” Cataluña (12-II-2012), se pregunta si es posible ser de una adscripción política que no sea ni de derechas ni de izquierdas, y responde negativamente, aunque sí hay muchas maneras de serlo en cada una de las dos grandes opciones. Los que niegan su adscripción en realidad sólo pretenden ocultarla.
‹‹Hace tiempo leí que al escritor francés Serge Quadrappani le preguntaron sobre si tenía aún sentido la clásica distinción política entre derecha e izquierda, y respondió: “Hay dos maneras de no ser ni de derechas ni de izquierdas; una es una manera de derechas y la otra es una manera de izquierdas”. Esa paradoja espacial nos puede ayudar a entender por qué mucha gente que no ha vivido la transición política evita definirse en ese esquema binario tan asentado en el panorama ideológico y político. Son gentes que no aceptan un dilema que conduce inevitablemente al voto útil, al bipartidismo que solo permite escoger entre los polos de ese conglomerado que algunos denominan como “PPPSOE”. (…)
En el famoso libro en el que Norberto Bobbio defendía la vigencia de la polaridad izquierda-derecha, se decía que quien se negaba a definirse como de derechas o de izquierdas en el fondo quería ocultar de qué lado estaba. En efecto, resulta imposible no afrontar los dilemas de valores que surgen inevitablemente frente a cada decisión. (…)
¿Qué ocurre con la primavera árabe, con el 15-M, con los Occupy, con la creciente presencia de partidos piratas? ¿Dónde los situamos? Ha pasado la época de las coherencias y consistencias ideológicas que hacían que ante cualquier situación supieras de antemano cuál sería la reacción de quien se situaba en un espacio político determinado. Hay ahora mucho conservadurismo disfrazado de izquierdas. En cada caso deberíamos ver cómo se sitúan esos movimientos en dilemas concretos, el papel de la mujer, las opciones ecologistas, el futuro del trabajo, la independencia de la red y el mantenimiento de las políticas de bienestar, por citar solo algunos elementos. Pero lo que parece claro es que muchos de los integrantes de esas movilizaciones no aceptan que ser de izquierdas consista en votar y reforzar a políticos que dicen representar esas opciones en sede institucional.
La realidad es cada vez más multidimensional, (…) Así, ser de izquierdas no se reduce a votar a partidos que proclaman serlo, es reconocerse en una trayectoria histórica hecha de avances y retrocesos, en la que lo determinante es la lucha por la igualdad, por la consecución de condiciones de vida justas para todos. Y ello pasa ahora por sacarnos de encima esa losa irracional del nuevo capitalismo global que acaba por convertir en irracional la propia vida. Y es indudable que en esa trayectoria histórica quedan englobadas tradiciones muy diversas, y también alternativas de respuesta y de reorganización social que ya no pasan ni por la pura estatalidad como respuesta al capitalismo corporativo, ni por las recetas moderadoras de una socialdemocracia que partía de premisas hoy superadas y que ha acabado atrapada en la gestión de la irracionalidad económica que vivimos. No hay tercera vía, pero tampoco una única manera de ser de izquierdas.››

Bernardo de Miguel resume en Los socialistas viran a la izquierda en busca del electorado perdido [“El País” (8-XII-2019)] que, a ambos lados del Atlántico, los partidos socialistas y socialdemócratas buscan respuestas progresistas a una globalización y revolución tecnológica que les ha dejado sin parte de su base:
‹‹(la tentación de girar a la izquierda de una parte de la deshilachada familia socialdemócrata europea.
Para algunos de sus miembros, sobre todo los meridionales, la vuelta a las esencias podría ser la vía para recuperar un electorado que ha huido de unos partidos cuya agenda social y económica ha sido sustituida en parte por reivindicaciones transversales como los derechos de las minorías, la igualdad de género o la lucha contra el cambio climático. En los países nórdicos, donde la socialdemocracia aguanta, prefieren perseverar en una tercera vía que combina la defensa un Estado del bienestar hiperdesarrollado con la apuesta por la liberalización comercial y la flexibilidad laboral.
“Los socialdemócratas y los socialistas europeos no tienen una visión clara sobre políticas regulatorias y sociales, por lo que están profundamente divididos entre los partidarios de un neoliberalismo con rostro humano y quienes siguen una ola retrosocialista a lo [Jeremy] Corbyn o [Jean-Luc] Mélenchon”, diagnostica Sophie Pornschiegel, analista senior del European Policy Centre en Bruselas. El giro de la izquierda a la izquierda, en todo caso, es ya una realidad en países como Alemania, donde el SPD ha consumado un cambio de liderazgo en esa línea; en el Reino Unido, donde los laboristas apuestan por el ideario izquierdista de Corbyn, o en España, con un posible Gobierno de PSOE y Unidas Podemos.
La marea llega también al otro lado del Atlántico, donde los demócratas, el pariente socialdemócrata estadounidense, se preparan para intentar batir a Donald Trump en 2020 con precandidatos como Bernie Sanders, considerado de ultraizquierda para los estándares de Washington.
La duda entre las propias filas del socialismo es si la nueva tendencia es el comienzo de un viaje hacia ninguna parte o la refundación de una familia política que fue esencial en Europa y EE UU en el siglo XX y contribuyó, junto con la democracia cristiana, a jalonar un periodo de prosperidad e igualdad sin precedentes.
“El actual giro a la izquierda podría ser el camino para mejorar los malos resultados electorales si la crisis de los partidos socialdemócratas fuera solo en torno al alcance de la redistribución, en un clásico debate izquierda-derecha. Sin embargo, es muy probable que su declive se deba a muchos otros factores”, avisa Guntram Wolf, director del centro de estudios Bruegel en Bruselas.
Wolf no descarta que el giro dé algún resultado. Pero cree que el viejo esquema de izquierdas y derechas “es demasiado estrecho para entender las nuevas líneas divisorias que cruzan la sociedad”. Y defiende que “el declive de la socialdemocracia no se debe a la reciente crisis financiera, se hubiera producido en cualquier caso”.
La reducción del empleo en el sector industrial y la emergencia de nuevas categorías laborales en el sector servicio se citan como causas de una erosión socialdemócrata que difícilmente se podría corregir con el regreso a postulados izquierdistas del siglo XX. “Los socialdemócratas se han quedado sin base electoral”, concluye Pornschiegel. Esta analista cree que ni el giro a la izquierda ni la tercera vía bastarían por sí mismas para salvar a la socialdemocracia de la pinza de los Verdes y  la extrema derecha.
Jonás Fernández, eurodiputado socialista desde 2014, atribuye la pérdida de atractivo electoral al hecho de que el Estado, al menos en la UE, ha perdido gran parte de su capacidad para gravar rentas y beneficios o regular la actuación de compañías globales. “En este entorno, la promesa redistributiva de la socialdemocracia resulta muy difícil de implementar, porque el instrumento para reducir las desigualdades, el Estado, ha perdido potencia en su intervención”, señala Fernández. El eurodiputado urge a crear “una institución pública con poder suficiente de intervención en los mercados. Y ese camino pasa exclusivamente por Europa”.
Ese camino, sin embargo, parece cegado por la resistencia de la mayoría de los socios a mutualizar políticas sociales en la UE. Guntram Wolf advierte de que si no hay movimiento en el frente de la redistribución a nivel europeo, la convivencia entre democracia cristiana y socialdemocracia podría estar en peligro. Y en ese caso la erosión de la socialdemocracia también socavaría los cimientos políticos de la UE.
A ambos lados del Atlántico, los partidos socialdemócratas miran a la izquierda a la búsqueda de respuestas progresistas a una globalización y revolución tecnológica que les ha dejado sin parte de su electorado tradicional. En algunos casos, el hundimiento de los socialistas ha contribuido al ascenso de fuerzas consideradas de extrema izquierda.››

El politólogo español José Fernández Albertos opina en Un declive más allá de la crisis [“El País” (8-XII-2019) / https://elpais.com/elpais/2019/12/07/opinion/1575733269_408158.html] que la socialdemocracia actual deberá acostumbrarse a un apoyo electoral menor que el histórico debido a los acelerados cambios de la sociedad, que ha fracturado sus demandas y por lo tanto sus respuestas:
‹‹De acuerdo a los datos recopilados por Simon Hix y sus coautores, el porcentaje de votos emitidos a partidos socialdemócratas en Europa alcanzó su cenit alrededor de 1950, cuando uno de cada tres europeos que votaban lo hacían por estos partidos. Esta cifra permaneció relativamente estable hasta la llegada de la gran recesión de 2007. En 2017, el último año cubierto por su base de datos, solo uno de cada cuatro europeos votó socialdemócrata.
Es fácil culpar a la gran recesión —o a las políticas con las que los Gobiernos la acompañaron— del (moderado) desencanto de las ciudadanías europeas con la socialdemocracia. De hecho, aquellos que fueron vistos como corresponsables de la crisis (los griegos del Pasok, por ejemplo) están entre los que más apoyos perdieron, mientras que los que fueron capaces de presentarse ante sus votantes como contrarios a las políticas de austeridad (el PS portugués) parecen resistir mejor en este último ciclo electoral.
Pero es muy probable que las causas últimas del declive socialdemócrata tengan raíces algo más profundas. Las bases sociales tradicionales socialdemócratas se han empequeñecido: la progresiva desindustrialización hace que cada vez haya menos trabajadores de cuello azul en nuestras sociedades, y los Estados hoy no pueden o no quieren acompañar esta transformación económica con una expansión de la sanidad, educación y servicios sociales que justifique un mayor empleo público, otra de las bases tradicionales de estos partidos.
Tendemos a culpar del declive de la socialdemocracia a la deseconomización del debate político. Muchos defienden que es el énfasis en políticas de identidad (centrar el debate en el reconocimiento o la crítica de ciertas formas de vida) lo que ha descolocado a la socialdemocracia, que ha perdido así la brújula que le daba sentido: la búsqueda de una sociedad más igualitaria en la que el Estado limitaba o corregía los de los mercados. Pero esta visión simplista olvida que lo que pone en cuestión la agenda socialdemócrata no es la aparición de ecologistas, feministas o minorías sexuales o étnicas en el debate, sino un cambio en las condiciones objetivas en las que opera. Nuestras economías son más heterogéneas, crecen menos rápido y están más divididas entre trabajadores cualificados y no cualificados.
En este contexto, las políticas socialdemócratas clásicas (regular los mercados, imponer impuestos progresivos, expandir la provisión pública de servicios) son más difíciles de vender políticamente a grandes capas de la sociedad. Y cuando se opta por satisfacer a unos, inevitablemente se deja insatisfecho a otros. Como muestran los trabajos de la politóloga Silja Haussermann, si la competición política futura pasa a estar estructurada por un conflicto entre políticas de inversión social (favorecidas por los votantes de partidos verdes y liberales) y políticas pasivas de protección (preferidas por las bases sociales de los populistas de derecha y de la izquierda tradicional), los partidos socialdemócratas se van a encontrar incómodamente partidos por la mitad.
Es este delicado equilibrio el que mejor explica los problemas actuales de la socialdemocracia, y es así como hay que interpretar el aparente viraje izquierdista del SPD, las bases demócratas estadounidenses o los laboristas británicos. Son intentos de conquistar ciertos electorados que su apuesta centrista en el pasado ha dejado desatendidos o desilusionados. Cuando se analiza el atractivo demoscópico de estas propuestas, aparece una regularidad: los partidos que se embarcan en ellas se vuelven más atractivos entre los jóvenes, pero a costa de tensionar sus envejecidos electorados tradicionales. No es por tanto evidente que estas apuestas acaben siendo exitosas. Dependerá en buena medida del contexto que enfrenten —no es lo mismo competir contra Trump que contra una miríada de partidos verdes, liberales y de populistas—. Y en todo caso, los problemas estructurales que dificultan un idílico retorno a una hegemonía socialdemócrata (que por cierto nunca existió) no van a desaparecer.
En todo caso, sería un error interpretar este complejo panorama económico como necesariamente destructivo para la socialdemocracia. Seguramente tendrá que acostumbrarse a niveles de apoyo inferiores a los de la posguerra, pero eso no significa que se convertirá en irrelevante. Al contrario, en este contexto político fragmentado y volátil, los socialdemócratas gozan de ciertos activos (su papel pivotal en la conformación de gobiernos, su flexibilidad programática, su resistencia organizativa…) de los que sus competidores adolecen. De que aprendan a explotarlos dependerá su futuro.››

FUENTES.
Internet.

Documentales.

Socialismo, el paraíso terrenal. Serie británica de tres capítulos, de 54 minutos cada uno. Una visión  crítica, de ideología neoliberal.

Libros.
Bregman, Rutger. Utopía para realistas. Trad. de Javier Guerrero. Salamandra. 2017. 292 pp. Ensayo sobre ideas para movilizar a la izquierda como la renta básica o la reducción de la jornada laboral. Reseña de Rendueles, César. Socialismo de perdedores. “El País” Babelia 1.323 (1-IV-2017).
Blackburn, Robin (ed.). Después de la caída. El fracaso del comunismo y el futuro del socialismo. Crítica. Barcelona. 1993 (1991). 348 pp.
Droz, Jacques. Historia del socialismo. Laia. Barcelona. 1973. 6 vols.
Ortega, Andrés; Pascual Ramsay, Ángel. ¿Qué nos ha pasado? El fallo de un país. Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores. Barcelona. 2012. Fragmento resumido en El centrifugado del centro-izquierda. “El País” (4-IV-2012) 29.
Prezeworski, Adam. Capitalismo y socialdemocracia. Alianza. 1980. 268 pp. El politólogo polaco (Varsovia, 1940) es un experto en democracia y economía política.
Prezeworski, Adam. Democracia y mercado. Reformas políticas y económicas en Europa del Este y América Latina. Cambridge University Press. 1998 (1991 inglés). 355 pp.
Rojas, Rafael. La polis literaria. El boom, la Revolución y otras polémicas de la Guerra Fría. Taurus. 2018. 280 pp. Ensayo sobre el fracaso de las revoluciones cubana y chilena entre 1959 y 1973 y su impacto sobre los intelectuales hispanoamericanos. Reseña de De la Nuez, Iván. Entre dos vías truncadas. “El País” Babelia 1.387 (23-VI-2018).
Sevilla, José V. El declive de la socialdemocracia. RBA. Barcelona. 2011. Reseña de Gil Calvo, Enrique. Fin de época: la claudicación del socialismo democrático. “El País” Babelia 1.052 (21-I-2012) 16.
Traverso, Enzo. Melancolía de izquierda. Después de las utopías. Trad. de Horacio Pons. Galaxia Gutenberg. 2019. 415 pp. Reseña de Cruz, Manuel. Melancolía: sobreponerse es todo. “El País” Babelia 1.443 (20-VII-2019).
Wilson, Edmund. Hacia la estación de Finlandia. Debate. 2020. 592 pp. Reseña de Vargas Llosa, M. Hacia la estación de Finlandia. “El País” (16-VIII-2020). El libro de Edmund Wilson, publicado en 1940, se subtitula Un estudio sobre escribir y actuar en la Historia, y cuenta el nacimiento y la evolución de la idea socialista por Marx, Engels, Bernstein, Kautsky, Lenin, Trotski y otros, en una utopía nunca realizada pero que motivó a millones de personas a mejorar la sociedad, y en su radicalización degeneró en el totalitarismo comunista.

Noticias. Orden cronológico.
Oppenheimer, Walter. El nuevo capitalismo de Miliband. “El País” (20-I-2014) 7. El líder laborista se enfrenta a bancos, eléctricas y sectores con poca competencia.
AA.VV. La izquierda europea, entre el silencio y el entusiasmo. “El País” (13-IX-2015) 3.
Guimón, P. El laborismo británico emprende con Corbyn su huida del centro. “El País” (13-IX-2015) 2-3. El nuevo líder es un veterano radical izquierdista.
Mars, Amanda. Un ‘new deal’ contra el populismo. “El País” Ideas 189 (30-XII-2018). El demócrata Bernie Sanders y el radical Yanis Varoufakisi impulsan una Internacional Progresista para frenar al populismo de derechas.
Redacción. Señales de vida en la socialdemocracia europea. “El País” (16-VI-2019). Los partidos socialdemócratas vuelven a tener resultados positivo en Escandinavia y la península Ibérica, pero caen en Francia, Alemania o Italia.
De Miguel, Bernardo. Los socialistas viran a la izquierda en busca del electorado perdido. “El País” (8-XII-2019).
Rizzi, Andrea; Bassets, Marc. Un nuevo comienzo para la socialdemocracia. “El País” (12-XII-2021). Los partidos socialdemócratas recuperan poder en Europa: Alemania, Noruega, Italia…

Marcos, José. Sánchez, primer español presidente de la Internacional Socialista. “El País” (26-XI-2022). El secretario general del PSOE era el único candidato. La IS agrupa 132 partidos socialistas, socialdemócratas y liberales. Pero faltan partidos como el alemán y el sueco.

Marcos, J. Sánchez relanza la Internacional Socialista como alternativa “al capitalismo depredador”. “El País” (28-XI-2022).


Análisis y opinión. Orden alfabético.
AA.VV. Viaje al corazón de la izquierda europea. “El País” Ideas (20-IX-2015) 4-5. La renovación del socialismo europeo en Francia, Reino Unido, Alemania, España, Italia, Grecia, Portugal.

Alba Rico, Santiago. La izquierda, ¿o no? “El País” (20-II-2019).

Álvarez, José Luis. Thatcher, los ciclos políticos y el PSOE. “El País” (23-I-2012) 27.
Álvarez, José Luis; Pascual-Ramsay, Ángel. Por una antropología progresista. “El País” (4-XI-2013) 31. La izquierda debe revisar sus ideas tradicionales y crear una nueva mayoría de cambio con las clases medias en peligro de precarización, sobre tres puntos fundamentales: una educación competitiva, una democratización de la innovación y el mercado, y una transformación de la solidaridad mediante la iniciativa privada.
Álvarez, José Luis. El déficit populista del progresismo. “El País” (18-II-2014) 29. Si el socialismo quiere competir con la derecha deberá poner unas gotas de populismo, a fin de atraer al electorado.
Álvarez, José Luis. ¿Ha dejado el PSOE de ser progresista? “El País” (7-IX-2016). El PSOE corre peligro de escorarse al populismo.

Ballesteros, Cecilia. La crisis y la falta de ideas lastran la socialdemocracia. “El País” (3-XI-2014) 3.

Bascuñán, Máriam M. Democracia cultural. “El País” (21-X-2017). El pos-socialismo se ha equivocado al sustituir la defensa de la igualdad y la distribución de la riqueza por la defensa de la identidad, un ideal de “democracia cultural” que exalta el valor de las diferencias, la trampa en la que ha caído la izquierda de Podemos en Cataluña.

Bassets, Lluís. La izquierda es culpable. “El País” Domingo (26-II-2012) 16. Un texto irónico contra la tendencia de la derecha de acusar a la izquierda de todos los males.

Berman, Sheri. Política, pesimismo y populismo. “El País” (12-X-2018). La socialdemocracia debe inspirar optimismo y dar soluciones a los problemas de la gente si quiere frenar al populismo y recuperar su gran papel histórico de la posguerra.

Cano, Germán. Más allá de una izquierda defensiva. “El País” (21-I-2020). El Gobierno de coalición PSOE-UP tiene un reto enorme para revitalizar la izquierda.

Carlin, John. Bienvenido Mr Corbyn. “El País” (13-IX-2015) 2.

Castellina, Luciana. La izquierda invisible. “El País” (23-VIII-2018).

Colombani, Jean-Marie. El suicidio de la izquierda francesa. “El País” (4-XI-2016). Incluye una reflexión sobre la crisis de la izquierda europea.

Comín, Antoni. Dos decálogos y una esperanza. “El País” (11-VI-2012) 31-32.

Costas, Antón. Un nuevo progresismo. “El País” Negocios 1.562 (11-X-2015) 18.

Cruz, Manuel. ¿Todos socialdemócratas? “El País” (6-X-2016). La socialdemocracia, aunque en crisis, extiende el influjo de sus ideas a izquierda y derecha.
Cruz, M. ¿Y si la izquierda se queda sin sus banderas? “El País” Ideas 252 (15-III-2020). La izquierda defiende el socialismo, el feminismo y el ecologismo, pero otros movimientos le arrebatan estas ideas y desdibujan la esencia del progresismo. Incluso Le Pen se declara ecologista.

Del Palacio, Jorge. Renzi y la vieja guardia del Partido Democrático. “El País” (7-XI-2014) 33. Las luchas internas en la izquierda italiana muestran la oposición entre la tradición y la novedad.

Díez, José Carlos. Entre Clinton y Corbyn. “El País” (4-XI-2016). El PSOE debe optar por la socialdemocracia del siglo XXI (Obama, Clinton…) y no por la del siglo XX (Corbyn), que plausiblemente nunca gobernará ni mejorará las condiciones de vida de los ciudadanos.
Díez, J. C. Portugal y socialdemocracia. “El País” (19-X-2018). Las razones del éxito económico del Gobierno socialista portugués, un modelo de futuro para la socialdemocracia.

Editorial. Sánchez al frente de la IS. “El País” (28-XI-2022).

Elorza, Antonio. ¿Régimen de corrupción? “El País” (30-III-2012) 31. Critica que el PP y PSOE no han combatido la corrupción.
Elorza, A. Socialismo de lo posible. “El País” (4-VI-2019). Una alternativa socialdemócrata viable en España que aúne crecimiento económico e igualdad social.

Estefanía, Joaquín. El espíritu del 45. “El País” Domingo (22-IX-2013) 12. Rememora las reformas laboristas de 1945 que construyeron un Estado de bienestar, atacado desde la época de Thatcher por los contrarreformistas neoliberales, que desmontan los derechos sociales (educación, sanidad, vivienda…), una parte fundamental de los derechos humanos.
Estefanía, J. A partir de ahora, qué hacer. “El País” (24-X-2016). Propone que el PSOE (y la socialdemocracia europea) orienten su programa a combatir la desigualdad, pasando de una democracia de propietarios a otra de dueños del sistema.

Estefanía, J. El socialismo y la democracia. “El País” Ideas 336 (17-X-2021).

Estefanía, J. Tribus de la izquierda. “El País” Ideas 353 (13-II-2022). Una taxonomía de los movimientos de izquierda: Izquierda brahmán, Izquierda fucsia, Izquierda Viriato, Progresismo neoliberal y Socialdemocracia clásica.

Estefanía, J. Ser o no ser socialdemocracia. “El País” Ideas 388 (16-X-2022). Un viaje al futuro de la socialdemocracia. La socialdemocracia ha pasado de de querer acabar con el capitalismo, en el siglo XIX, ha tratar de gestionarlo para hacerlo más justo, mediante keynesianismo, impuestos progresivos y servicios públicos.

 

Fanjul, Sergio C. La teoría del lavado de cerebro marxista. “El País” Ideas 373 (3-VII-2022). La ultraderecha y parte de la derecha difunden la idea de que hay un marxismo cultural que penetra subrepticiamente las empresas, los medios de comunicación y los gobiernos, usando el feminismo, el ecologismo y otras causas para dominar ideológicamente el mundo.

Fernández, Marta. ¿Qué es hoy ser de izquierdas en España? “El País” (22-VII-2017).

Fernández Albertos, José. Un declive más allá de la crisis. “El País” (8-XII-2019).

Gallego-Díaz, Soledad. La social-democracia europea busca brotes verdes. “El País” Domingo (25-III-2012) 2-3.
Gallego-Díaz, S. La necesidad de refrescar la memoria. “El País” Domingo (25-I-2015) 13. La socialdemocracia europea (el Gobierno laborista británico de Atlee) hizo profundas reformas hacia el Estado de bienestar incluso tras la devastación de la II Guerra Mundial, cuando la situación era mucho peor que la actual. Hoy falta coraje.
Gallego-Díaz, S. Debates de los que depende el futuro. “El País” Ideas (19-VII-2015).

García Selgas, Fernando. Los zombis de izquierda. “El País” (23-X-2012) 33.

Gil Calvo, Enrique. El declive del ciclo socialdemócrata. “El País” (21-V-2012).
Gil Calvo, E. Las dos culturas de la izquierda. “El País” (21-VI-2017). El choque entre las alternativas populista (la negatividad de Podemos en busca de un enemigo común para construir la hegemonía de un grupo sobre el resto mediante el aplastamiento) y socialdemócrata (el reformismo en positivo del PSOE para incluir a todos los grupos sociales en la convivencia mediante un compromiso) impide una alianza estable en la izquierda.

Gallego Díaz, Soledad. Felipe González. ‘La sociedad de mercado que convierte al ser humano en mercancía es brutal’. “El País” Ideas 178 (14-X-2018).

Guimón, Pablo. Owen Jones / Ensayista. ‘La socialdemocracia será eclipsada por fuerzas más radicales’. “El País” Domingo (3-V-2015) 8.

Juliá, Santos. Izquierdas. “El País” Ideas 209 (7-IV-2019). A la previa crisis de identidad de la socialdemocracia se añadió la Gran Recesión para intensificar su caída.

Lafuente, Javier. Cómo reinventar la izquierda latinoamericana. “El País” Ideas 181 (4-XI-2018).

Lapuente, Víctor. Pippi Calzaslargas contra Marx. “El País” Domingo (6-VII-2014) 3. La socialdemocracia escandinava, más pragmática y exitosa.
Lapuente, V.; Martínez-Sampere, Rocío. El cielo tendrá que esperar. “El País” (26-I-2015) 31-32. Defienden la importancia de la socialdemocracia como reformismo paulatino frente al populismo de retórica revolucionaria.
Lapuente, V. La hora de los chamanes. “El País” Ideas (20-IX-2015) 3.
Lapuente, V. ‘Uptown Abbey’. “El País” (10-XII-2019). En Reino Unido y otros países la derecha y la ultraderecha, con su discurso identitario, están comiendo el electorado obrero a la socialdemocracia, que crece en cambio entre las clases medias. Es como si los criados votaran a los tories y los señores a los laboristas.

Leal, José Luis. El declive de la socialdemocracia. “El País” Negocios 1.599 (10-VII-2016). El centroizquierda no ha aportado soluciones a quienes ven peligrar el Estado del bienestar.

León, Sandra. La izquierda atónita. “El País” (8-II-2017). La amenaza populista aturde a la socialdemocracia.

Maravall, José María. Los deberes actuales. “El País” (27-III-2012) 29.

Mason, Paul. ¿Por qué los laboristas han perdido el voto obrero? “El País” Ideas 241 (29-XII-2019).

Mora, Miguel. Hollande se quita la máscara. “El País” (26-I-2014) 8. Las críticas de Paul Krugman y los franceses a la deriva liberal de Hollande, que traiciona su programa de reformas socialdemócratas, pero es aplaudido por los mercados.

Moreno Luzón, Javier. El camino de las renuncias. “El País” (22-VI-2015) 11. Las izquierdas a menudo han de renunciar a maximalismos pero eso no es un fracaso.

Moscoso del Prado, Juan. La socialdemocracia y el proyecto europeo. “El País” (7-VI-2012) 27-28.

Mulas-Granados, Carlos. ¿Una Cuarta Vía para la socialdemocracia? “El País” (20-IV-2012) 29. Exige tres cambios: incorporar nuevos valores, modernizar los programas y ampliar su campo de acción.

Naïr, Sami. Así murió el PS francés. “El País” (17-VI-2017). Hollande ha enterrado el proyecto socialista de Mitterrand.

Ovejero, Félix. ¿Solo nos queda el Estado de bienestar? “El País” (28-X-2013) 29. La izquierda debe buscar un proyecto más allá de la defensa del Estado de bienestar.
Ovejero, F. La izquierda sentimental. “El País” (29-VIII-2018).

Pérez Oliva, Milagros. Los partidos de la muerte. “El País” (21-VI-2020). Los partidos progresistas han de dar una alternativa de cambio radical ante la crisis ambiental, social y económica, en réplica a la que ofrece el populismo de la ultraderecha.

Pérez Touriño, Emilio. La socialdemocracia y el desafío europeo. “El País” (28-VIII-2013) 23-24. El autor es expresidente socialista de Galicia y critica a la izquierda europea porque está dominada por aparatos burocráticos que no conectan con las nuevas demandas sociales.

Ramoneda, Josep. La izquierda y los tiempos nuevos. “El País” (8-III-2012) 15.
Ramoneda, J. Sobre las izquierdas. “El País” (26-XII-2014) 16. La crisis de la socialdemocracia europea.
Ramoneda, J. Señales que vienen de Francia. “El País” (4-II-2017).
Ramoneda, J. Los enemigos íntimos de la socialdemocracia. “El País” (13-V-2017). Un futuro difícil si ni siquiera sus dirigentes creen en ella, como ha demostrado Manuel Valls en Francia.
Ramoneda, J. La izquierda, a pesar de todo. “El País” (20-X-2018).

Ridao, José María. La socialdemocracia en su laberinto. “El País” (24-IV-2012) 29.

Rizzi, Andrea. La izquierda europea mira hacia París. “El País” (21-II-2012) 5.
Rizzi, A. La disolución de la izquierda tradicional. “El País” (11-XII-2016).

Rizzi, A. La hemorragia electoral socialdemócrata. “El País” (15-X-2022). En 2022 los partidos socialdemócratas europeos han sufrido importantes derrotas electorales, que muestran la dificultad de contentar a todos sus tradicionales caladeros de votantes. Si apoyas a los jóvenes, te alejas de los mayores; si favoreces al medio ambiente, molestas a sectores que prefieren los combustibles fósiles...


Roca Barea, María Elvira. En busca del horario laboral. “El País” Ideas 153 (22-IV-2018). La izquierda afronta el problema de regular los horarios de trabajo.

Rojo, José Andrés. Romper moldes. “El País” (2-XI-2018). La crisis de la izquierda y una propuesta de Damián Tabarovsky.

Royo, Sebastián. El mal bailando en las ruinas del mal. “El País” (24-V-2017). Un programa para la socialdemocracia europea.

Carbajosa, A. Martin Schulz / Diputado socialdemócrata alemán y exlíder del SPD. ‘Es hora de una movilización proeuropea de izquierdas’. “El País” (6-VII-2018).

Sebastián, Carlos. Revitalizar el proyecto socialdemócrata. “El País” (15-VIII-2019).

Sevilla, Jordi. La diferencia socialdemócrata. “El País” (30-III-2012) 31-32.

Simón, Pablo. En busca de líderes. “El País” Ideas (20-IX-2015) 2-3. La elección del radical Corbyn como líder del laborismo británico es un síntoma de la necesidad de renovación del socialismo europeo.

Sotelo, Ignacio. El espejismo del Estado de bienestar. “El País” (18-II-2012) 31-32. El modelo para avanzar hacia el socialismo caducó en Europa y no llegó a España.
Sotelo, I. El desplome de la socialdemocracia alemana. “El País” (3-IV-2012) 6.
Sotelo, I. Un capitalismo sin alternativa. “El País” (28-IV-2016). El capitalismo no tiene alternativa en un socialismo sumido en una larga crisis.

Standing, Guy. Es urgente una nueva agenda de izquierdas. “El País” (30-VI-2019). Ecologismo, igualdad, libertad y medidas como la renta mínima garantizada.

Standing, Guy. El precariado se rebela. “El País” (16-XI-2019). La rebelión se extiende por el mundo contra los funcionarios y políticos neoliberales que saquean o destruyen los bienes comunes, en Chile, Francia o Hong Kong.

Subirats, Joan. ¿Ni de derechas ni de izquierdas? “El País” Cataluña (12-II-2012) 2.

Tamames, Jorge. Gobernar a ritmo de cambio. “El País” (4-XII-2019). Las enseñanzas del pensador austrohúngaro Karl Polanyi (1886-1964), autor de ‘La gran transformación’ (1944), para explicar en clave progresista la crisis actual: la historia funciona como un péndulo de manera que las sociedades reaccionan para contener los avances desmedidos de los mercados.

Torreblanca, José Ignacio. La socialdemocracia en la era de la austeridad. “El País” Domingo (6-VII-2014) 2-3.
Torreblanca, J. I. La solución Hamon. “El País” (2-II-2017). Critica la deriva populista de Hamon y los demás socialistas que quieren aislarse en el Primer Mundo contra los pobres.
Torreblanca, J. I. Yo me bajo. “El País” (1-III-2018). El socialismo europeo desconfía de la globalización porque en los últimos decenios ha cuestionado algunas bases del Estado de bienestar en el Primer Mundo, pero no advierte que en cambio ha aportado prosperidad a miles de millones de personas del Tercer Mundo.

Touraine, Alain. La crisis dentro de la crisis“El País” (26-IX-2010) 35. La necesidad de un nuevo pensamiento progresista.

Urquizu, Ignacio. ¿Por qué decepciona la socialdemocracia? “El País” (27-I-2015).
Urquizu, I. Lecciones catalanas para la izquierda. “El País” (27-XII-2017).
Urquizu, I. Elogio de la reforma política. “El País” Ideas 160 (6-V-2018).

Rizzi, Andrea. Manuel Valls. ‘La socialdemocracia se está muriendo’. “El País” Ideas 133 (26-XI-2017). El exprimer ministro francés aboga por un nuevo movimiento progresista.

Vargas-Machuca, Ramón. Recuperar la inspiración. “El País” (7-VII-2014) 37. Bases para recuperar la socialdemocracia a partir del Estado de bienestar y la decencia institucional. Su aplicación al PSOE.

Yárnoz, Carlos. La izquierda de Francia se reinventa. “El País” (3-XI-2014) 2.

Yárnoz, C. El partido socialista francés vira al social liberalismo. “El País” Ideas (28-VI-2015) 6-7.