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miércoles, 28 de enero de 2015

CS 3 UD 02. Los paisajes de la Tierra.

CS 3 UD 02. LOS PAISAJES DE LA TIERRA.

1. Los paisajes de las zonas climáticas de la Tierra.
2. Los paisajes de Europa.
3. Los paisajes de España.
4. Los paisajes de la España oceánica o atlántica.
5. Los paisajes de la España mediterránea litoral.
6. Los paisajes de la España mediterránea interior.
7. Los paisajes de alta montaña de España.
8. El paisaje de las islas Canarias

1. Los paisajes de las zonas climáticas de la Tierra.


Los paisajes se clasifican en naturales y humanizados.


Paisaje natural de Borines (Asturias).

El paisaje natural se caracteriza por el predominio de elementos originales del medio y la escasa o nula intervención humana.


Paisaje humanizado.

El paisaje humanizado es el resultado de que los seres humanos hemos actuado sobre el medio y lo hemos transformado.
En la actualidad es difícil encontrar un medio auténticamente natural, así que hablamos de paisaje como el medio natural que ha cambiado en su interrelación con la acción humana.


Desierto de Nubia (Sudán).

En los lugares poco poblados, como las zonas polares, los desiertos o tierras de alta montaña, la acción humana sobre el medio natural es menor.



El río Hudson en Nueva York.

En los lugares muy poblados, como son la mayoría de los ríos, las llanuras o las costas de las zonas templadas, la acción del hombre es mayor: se ha cambiado el medio natural y hay campos de cultivo, pueblos, ciudades, vías de comunicación...



Los diversos climas en la Tierra son el resultado de la combinación de los elementos del clima, que son la temperatura, la humedad, la presión, los vientos y las precipitaciones, con los diferentes factores climáticos, que son la latitud, la altitud y la distancia al mar.


Eligiendo la temperatura como elemento principal del clima, la Tierra se divide en tres grandes tipos de zonas climáticas, distribuidas en cinco grandes franjas de norte a sur: una cálida en medio, dos templadas y dos frías.

 


La zona de climas cálidos.
La zona de climas cálidos es llamada zona intertropical porque se encuentra situada entre el trópico de Cáncer y el trópico de Capricornio, y se centra en el ecuador.
Es la zona de la Tierra que recibe la máxima insolación directa del Sol y esto explica sus temperaturas elevadas, y que no haya invierno porque la temperatura media del mes más frío es superior a los 18ºC.
Según las precipitaciones y la latitud, en la zona intertropical se diferencian tres climas: ecuatorial, tropical y desértico.

Las zonas de climas templados.
Las dos zonas de climas templados se extienden, en los dos hemisferios, desde la zona de climas cálidos hasta las dos zonas de climas fríos al norte y al sur.
La superficie de los territorios de climas templados es mayor en el hemisferio norte (conocido como el hemisferio continental) que en el hemisferio sur porque son más grandes los continentes.
Según la latitud, la altitud y la proximidad al mar, en las zonas templadas se diferencian tres climas: oceánico, mediterráneo y continental.
Una variedad importan de clima templado es el clima chino, similar al mediterráneo pero con más lluvias, y que se localiza en la fachada oriental de los continentes, sobre todo las costas del este de EE UU y China.
Los climas templados tienen en común la existencia de cuatro estaciones: una estación invernal (fría) y otra estival (cálida) y, entre ellas, dos estaciones intermedias (primavera y otoño).

Las zonas de climas fríos.
Las dos zonas de climas fríos comprenden las dos áreas polares, pero también se incluyen por afinidad las tierras de alta montaña, situadas por lo general a más de 2.500 metros de altitud (aunque esta varía mucho), que están presentes dentro de las otras zonas.
Así pues, hay dos variantes de climas fríos: el clima polar y el clima de alta montaña.
Se caracterizan por la amplia duración y el gran rigor de los inviernos, y la escasa duración y la suavidad de los veranos.

2. Los paisajes de Europa.
Los climas dominantes en Europa son los propios de la zona climática templada, por tanto tenemos climas continentales en el Centro y Este del continente, oceánicos en las regiones noroccidentales bañadas por el Océano Atlántico y mediterráneos en la cuenca del mar Mediterráneo. Cada uno tiene un paisaje característico.

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3. Los paisajes de España.
España está situada en el sur de Europa. A pesar de que tiene unos rasgos naturales muy propios del mundo mediterráneo, tanto su posición como la disposición periférica de su relieve introducen influencias oceánicas y continentales que modifican el clima, la vegetación y las corrientes fluviales, entre otros elementos, que además se interrelacionan. Así pues, en estos tres aspectos se pueden definir seis medios: oceánico atlántico, mediterráneo interior continentalizado, mediterráneo litoral, mediterráneo estepario, alta montaña y canario.
En España hay dos climas dominantes: oceánico en el norte (la franja cantábrica) y noroeste (Galicia); y mediterráneo en el resto, aunque con diferencias entre el mediterráneo costero, más suave, el mediterráneo interior, con inviernos más fríos, y el mediterráneo estepario del sureste, más desértico. El clima de alta montaña se encuentra solo en las cumbres de las cordilleras, especialmente en los Pirineos.

Las Islas Canarias son una excepción, pues por su localización geográfica en el Atlántico cerca de África en una latitud lindante con el Sahara, cuentan con un clima subtropical de carácter cálido moderado.



Mapa de los climas y sus paisajes de España.

4. Los paisajes de la España oceánica o atlántica.
La región atlántica es también conocida como la España Húmeda. Constituye una franja limitada al sur por las Montañas Gallegas, la cordillera Cantábrica y los Montes Vascos. El relieve es accidentado, con montañas, pendientes y escasas superficies planas.
El norte de España tiene un clima oceánico parecido al europeo, con precipitaciones abundantes y regulares de más de 800 mm anuales. Las temperaturas son moderadas, con baja amplitud térmica debido a la influencia del mar.



Bosques y prados de Galicia.

La vegetación es de bosques de robles y hayas, de landas de matorral, brezo, aulaga y retama, y de prados abundantes.


Río Sella (Asturias).
Los ríos, la mayoría de los cuales están en la vertiente cantábrica, son cortos porque nacen en montañas cercanas al mar, caudalosos y de gran capacidad erosiva. Los ríos de la vertiente gallega son más largos y también caudalosos.

Las rocas son sobre todo silíceas, con dos variedades: la tierra parda, rica en humus pero ácida, dedicada para cultivos y pastos, la Ránker, en las pendientes, escasa y muy erosionada, apta para bosques y prados.

5. Los paisajes de la España mediterránea litoral.
Es una extensa región geográfica que tiene como principal componente la presencia del mar Mediterráneo. Se extiende por el valle del Guadalquivir, la costa mediterránea, Baleares (montañas y llanuras), Ceuta (abrupta) y Melilla (también abrupta). 
Dentro de su espacio, entre Almería y Murcia, se encuentra el medio estepario o subdesértico, que se caracteriza por condiciones climáticas más extremas en temperatura y sequedad.


Mallorca en la primavera. 

Es el clima mediterráneo puro, muy influido por la proximidad de la costa, sobre todo meridional, con temperaturas suaves pero muy contrastadas que se combinan con una sequía veraniega que se extiende en primavera y en otoño a medida que avanzamos hacia el sur, espacio definido casi por características subdesérticas.


Vegetación mediterránea entre esteparia y garriga.

La vegetación predominante es la encina, el alcornoque y los matorrales de los tipos maquia (matorral alto y denso con jara y lentisco) y monte (matorral bajo y poco denso con tomillo y romero), y en el sureste hay la vegetación esteparia de hierbas, matorrales y arbustos espinosos, bajos y discontinuos como palmito y espartal.
Los ríos, con la excepción del Ebro, que drena un amplio espacio de la zona norte y de las tierras del interior, son, en general, cortos, de escaso caudal y definidos por marcadas épocas de estiaje que, a veces, coinciden con periodos anuales. Son las ramblas mediterráneas. En las islas Baleares, Ceuta y Melilla no hay ríos, sino torrentes y acuíferos.
Como en el paisaje mediterráneo, las rocas silíceas dan una tierra parda meridional, pobre, dedicada a pastos y dehesas. Las rocas calcáreas hacen suelos rojizos, más fértiles para los cultivos, y una terra rossa pobre, para bosques y dehesas. Las rocas arcillosas producen un vertisuelo oscuro muy fértil para los cultivos. En las áreas esteparias del sureste el suelo es gris subdesértico, muy pobre, sólo adecuado para pastos.

6. Los paisajes de la España mediterránea interior.
La España interior (o continental) se extiende por las cuencas de los grandes ríos, como el Duero, el Tajo, el Ebro y el Guadiana y las montañas interiores del Sistema Central, el Sistema Ibérico y Sierra Morena. Su principal rasgo es la presencia del inmenso altiplano de la Meseta, con peculiaridades climáticas y bioclimáticas concretas. Comprende un territorio fuertemente transformado, en el que las actividades humanas se remontan a muchos miles de años.
Tiene un clima mediterráneo con rasgos continentales, como la gran amplitud térmica anual, las temperaturas frías del invierno y las elevadas del verano, dada la gran distancia al mar. Las precipitaciones son escasas o moderadas, con menos de 800 mm anuales, concentradas en la primavera y el otoño, y con una gran sequía en el verano. En el valle del Ebro son inferiores a los 300 mm lo que da un clima mediterráneo estepario.


La llanura manchega.

La vegetación está constituida, preferentemente, por un bosque perennifolio de coníferas, encinas, rebollos o robles, si bien la deforestación histórica ha reducido antiguos bosques a páramos de matorral.


Dos vistas del río Duero.

El río Tajo en Toledo.

Los ríos son largos, relativamente caudalosos por la aportación que reciben de las zonas montañosas, e irregulares, con pronunciado estiaje.


Paisaje calcáreo.

Las rocas silíceas dan una tierra parda meridional, pobre, dedicada a pastos y dehesas. Las rocas calcáreas hacen suelos rojizos, más fértil para los cultivos, y una terra rossa pobre, para bosques y dehesas. Las rocas arcillosas producen un vertisuelo muy fértil para los cultivos. En las áreas esteparias del valle del Ebro el suelo es gris subdesértico, muy pobre, sólo adecuado para pastos.

7. Los paisajes de alta montaña de España.
Se localiza en los picos más altos, sobre todo del Pirineo, Sistema Central, Sistema Ibérico y Cordillera Penibética.




Las montañas tienen unas condiciones especiales, debido a la altitud. Aunque presentan unas características generales, su paisaje varía según la situación sea en el ámbito atlántico, mediterráneo o del interior. Cuando más al norte menos altitud se necesita para tener un clima de alta montaña, que de media se registra en los 1.000 metros, pero en los Pirineos hay suficiente con 800 y en la Penibética necesita unos 1.500.
El clima es relativamente frío en invierno y suave en verano, y húmedo todo el año, pero con muchas diferencias según la zona. Las temperaturas son más frías cuando más al Norte y más altitud.
Al Norte las precipitaciones son mayores, bien superiores a los 1.000 mm anuales, y más moderadas en el Sur, y en invierno es importante la nieve.
La vegetación es la típica de las montañas, con pisos diferentes para la altitud, con pastos y bosques de pinos, robles y otros árboles en los pisos bajos, y prados, matorrales y endemismos de plantas rupícolas en los pisos más altos. Los Pirineos son los más ricos en encinas, robles, pinos y prados.
Los ríos tienen aquí su nacimiento, con acusados relieves, y quedan algunos glaciares en los Pirineos. En la alta montaña domina el régimen nival, con caudal máximo al final de la primavera. En la media montaña domina el régimen nivopluvial o pluvionival, con máximo en otoño.
Las rocas de silicio dan suelos Ranker, muy pobres, por pastos, y la tierra parda meridional. Las rocas calcáreas dan un suelo pardo calcáreo y rendzinas, un poco más fértiles, para pastos.

8. El paisaje de las islas Canarias.
Las islas Canarias presentan un paisaje con notables diferencias respecto de la Península, debido a su situación en el Atlántico, cerca de las costas de África, en una zona de clima tropical, y por el origen volcánico de su relieve, caracterizado por conos, calderas, malpaíses, rocas y diques volcánicos, así como barrancos.


Tiene un clima subtropical, estepario o desértico, con temperaturas algo más suaves en invierno y más calurosas en verano, y con pocas diferencias estacionales, pues la amplitud térmica no alcanza los 8ºC y ningún mes tiene menos de 18ºC de temperatura media. Las precipitaciones son muy escasas e irregulares, de 150 a 300 mm anuales (clima estepario) o inferiores a los 150 mm anuales (desértico, sobre todo en Lanzarote y Fuerteventura). En las zonas de mayor altitud la temperatura baja y las precipitaciones aumentan.
La vegetación es xerófila, con abundancia de endemismos y reliquias como el árbol drago. En las islas montañosas hay una escalera de pisos, el inferior con matorral, palmera, drago y sabina, los medios con laurisilva y el fayal-brezal, el superior con pino canario y más arriba los matorrales y las plantas rupícolas.
No hay ríos, pero sí torrentes y acuíferos, muy irregulares.
El suelo es volcánico, poco erosionado, con mucho malpaíses improductivos, pero cuando se han formado suelos sedimentarios puede ser muy fértil para los cereales, la viña, el plátano, el tomate y la patata.


UD FUENTES.
Libros de ESO.
AA.VV. 1r Ciències SocialsCruïlla. 2007. pp. 50-53.
AA.VV. Geografia I Història 1r ESO. Santillana. 2002. pp. 63-95.
Albert Mas, A.; Benejam Arguimbau, P.; García Sebastián, M.; Gatell Arimont, C. Ciències Socials, Geografia i Història. Cives 1. Vicens Vives. 2011: pp. 72-91. Es la fuente principal de la estructura y los contenidos.
Burgos, M.; Muñoz-Delgado, M. C. 1r Ciències Socials. Geografia i Història. Anaya. 2007. pp. 88-127.
Libros.
Demangeon, Jean. Los medios naturales del GloboMasson. París. 1989. 251 pp.
Walter, H. Zonas de vegetación y clima. Omega. Barcelona. 1977. 245 pp.

CS 3 UD 01. El relieve: marco físico de las actividades humanas.

CS 3 UD 01. EL RELIEVE: MARCO FÍSICO DE LAS ACTIVIDADES HUMANAS.

Índice.
Introducción: Las formas de relieve de nuestro planeta.
1. Las grandes unidades del relieve terrestre.
2. El relieve, los ríos y las costas de Europa.
3. Las unidades del relieve de España.
4. Las costas y los ríos de España.
5. El relieve de las Islas Baleares
6. Las costas de las Islas Baleares
7. Los recursos hídricos de las Islas Baleares

Introducción: Las formas de relieve de nuestro planeta.
En la Tierra las tierras se encuentran repartidas por continentes, que son grandes masas de tierra que emergen de los océanos.

1. Las grandes unidades del relieve terrestre.

Hay seis continentes: África, América, Asia, Europa, Oceanía y Antártida.
La superficie tiene formas de relieve como: llanuras, mesetas, cordilleras, valles y depresiones, que facilitan o dificultan las actividades humanas.
Los océanos ocupan siete décimas partes de la Tierra y modelan las tierras en formas como: acantilados, playas, golfos, penínsulas o jefes. Hay mares más pequeños, entre las tierras continentales.
En medio de los océanos y mares hay archipiélagos e islas.

2. El relieve, los ríos y las costas de Europa.
Europa es el segundo continente más pequeño del mundo, tras Oceanía; tiene una extensión de 10.359.358 km², lo que representa el 7% de las tierras emergidas. Su distancia máxima de norte a sur es de 4.300 km y de este a oeste de 5.600 km.
En la actualidad está compuesto por 49 países, incluyendo Rusia y Turquía, aunque la mayor parte de los territorios de estos dos países sea asiática.
Se sitúa en el hemisferio norte. Está unido a Asia, configurando una enorme península dentro de lo que se denomina Eurasia, y debe sus características de individualidad, además de a elementos físicos, a rasgos de orden histórico y humano.
Limita con océanos y mares por tres de los cuatro puntos cardinales: con el océano Ártico al norte, el océano Atlántico al oeste y el mar Mediterráneo al sur, lo que evidencia una importante influencia oceánica dada su amplia fachada formada por casi 38.000 km de costas y que, además, lo llega a caracterizar como uno de sus rasgos físicos más importantes, determinando el clima en la gran parte del continente.
Al este sus límites con el continente de Asia se sitúan al pie oriental de los montes Urales, el mar Caspio, el Cáucas, y el mar Negro, hasta llegar al mar de Mármara en su punto más estrecho con los estrechos de Dardanelos.
El continente se caracteriza también por poseer una gran extensión de terreno macizo pero a la que se contrapone una parte mucho más articulada, compuesta por islas y penínsulas. Las islas representan el 8% y las penínsulas el 27% de Europa. El contorno de estas islas y penínsulas es muy diverso y accidentado por la gran extensión de sus costas.


 
Mapa de los ríos de Europa.

3. Las unidades del relieve de España.
Las principales características del relieve español son:
- La forma maciza, escasamente recortada del contorno costero.
- La altitud media elevada (660 m), sólo superada en Europa por Suiza, debido a la elevada Meseta.

- La disposición periférica del relieve, con un cinturón de sierras periféricas.


Mapa del relieve de España.


Mapa de los suelos de España.

La Meseta es un inmenso zócalo del Paleozoico arrasado en el Mesozoico, con una altura media de 660 m, atravesado por el Sistema Central, que la divide en dos submesetas, septentrional y meridional. La Meseta forma un conjunto de terrenos llanos y elevados de rocas muy antiguas entre las que abunda el granito, gneises, cuarcitas y pizarras metamórficas.
El Sistema Central forma un importante conjunto montañoso con una anchura de hasta 50 km. Esta montañas atraviesan la Meseta de este a oeste y la dividen en dos partes: la submeseta norte, drenada por el Duero, y la submeseta sur, drenada por el Tajo y Guadiana. Está compuesto de rocas muy antiguas (granitos y otras rocas paleozoicas) y por su estructura no es una cordillera sino un complejo conjunto de varias rupturas ocasionadas por el plegamiento alpino, con alineaciones paralelas de horsts (bloques elevados) y fosas (blo­ques hundidos).
La Submeseta Norte tiene una altura media de 700-850 m. La ocupa la antiplanicie del Duero y forma una inmensa llanura en la que aparecen páramos en la parte alta. El río Duero y sus afluentes (Esla, Pisuerga, Tormes, Adaja) cruzan la Submeseta Norte formando y regando algunas vegas, como la Tierra de Campos.
La Submeseta Sur tiene una altura media de 600-750 m (inferior a la del Norte), por lo que representa una falla o escalón que ocupa el Sistema Central. Está formada por dos antiplanicies separadas por los Montes de Toledo y las sierras de Guadalupe y San Pedro (estas en Extremadura): la antiplanicie del Tajo y la del Guadiana. En la Submeseta Sur encontramos llanuras extensas como la de La Mancha y la penillanura extremeña.
Los Montes de León limitan la Meseta por el NO. Estos relieves forman un conjunto complejo y desordenado de montañas en las que abunda la pizarra. Los Montes de León no son muy elevados.
La Cordillera Cantábrica es el borde septentrional de la Meseta, desde Asturias hasta el País Vasco, formando una barrera montañosa que limita la Meseta por el Norte y la aísla del mar. En esta cordillera hay dos sectores bien diferenciados, oeste y este, separados por los Picos de Europa.
La Cordillera Ibérica (o Sistema Ibérico) rodea la Meseta por el noreste y este, en unos 380 km de longitud en la dirección NO-SE. En la cordillera dominan los relieves plegados, calcáreos y muy erosionados, entre los que asoman las rocas paleozoicas en el NO.  Es una cordillera muy alta y amplia por lo que aísla el litoral mediterráneo del interior y dificulta las comunicaciones.
La Sierra Morena es la continuación del zócalo de la Meseta en el sur, formando su límite meridional y se extiende desde la frontera portuguesa de Huelva hasta el suroeste de Albacete. Su borde sur lo constituye la Depresión del Guadalquivir. Está formada por materiales muy antiguos: granitos, pizarras, rocas metamórficas... en general muy semejantes a los del Sistema Central. Las montañas no son elevadas, con una media de 1.000 m, 
El Macizo Galaico está situado en el NO de la Península, y ocupa gran parte de Galicia. Es un abombamiento del ángulo noroccidental de la Meseta, con muchas fallas en dirección N-S. Está formado por un zócalo de rocas antiguas, semejante al de la Meseta, intensa­mente erosionadas por la glaciación cuaternaria.
Los Montes Vascos son un conjunto de montañas poco altas que enlazan la Cordillera Cantábrica con los Pirineos. Predominan las rocas secundarias, sobre todo calcáreas, muy erosionadas que ofrecen un paisaje típico de simas, dolinas y cavernas.  
La cordillera de los Pirineos se extiende de este a oeste por la frontera francesa a lo largo de 430 km entre los cabos de Creus y de Higuer, formando una alta muralla accesible por algunos pasos como por ejemplo los de Perthus, Canfranc o Roncesvalles.
Las Cordilleras Catalanas son dos alineaciones montañosas que se extienden paralelas a la costa, en dirección noreste-sudoeste y cierran la Depresión del Ebro al litoral mediterráneo.
Las Cordilleras Béticas forman un conjunto montañoso extremadamente complejo y de interpretación muy discutida. Son las cordilleras más jóvenes de la Península. Se distinguen dos unidades: la Cordillera Penibética al Sur (la más alta) y la Subbética al Norte, separadas por una depresión longitudinal llamada “surco intrabético”. Se extienden desde Gibraltar hasta el cabo de la Nao (la Subbética) y el cabo de Palos (la Penibética).

4. Las costas y los ríos de España.
El litoral peninsular español se extiende unos 3.167 km, de los cuales 1.663 corresponden a la zona bañada por el Mediterráneo, 770 km a la zona cantábrica y 735 a la zona atlántica (sector andaluz y sector gallego).


Características generales del litoral peninsular español:

• Ofrece un aspecto macizo. No hay grandes llanuras litorales ni grandes penetraciones del mar aen  la Península.
• La existencia de alineaciones montañosas en la zona litoral influye fuertemente en la morfología del litoral peninsular español.
• Les cordeileras paralelas al litoral acentúan el carácter abrupto de las costas y dan un aspecto rectilíneo a los litorales. Así, la Cordillera  Cantábrica y los Montes Vascos que corren paralelos al litoral dan a su litoral una forma rectilínea y abundantes acantilados.
• Las cadenas transversales a la costa originan ejes o alineaciones que se introducen en el litoral, cortando o modelando, dando lugar a cabos, entre los cuales se pueden formar los llamados arcos u óvalos. Es el caso de la costa mediterránea, exceptuando la catalana, que presenta formas en arco, ocasionadas por salientes del Sistema Ibérico y de les Cordilleras Béticas.
Presenta rasgos bien diferenciados según la zona:

Las formas del relieve costero.
Cabos.
Acantilados.
Playas.
Rasas.
Rías.
Marismas.
Flechas litorales.
Albuferas.
Tómbolos.
Deltss.
Dunas.
 

Las costas atlánticas.
Se distinguen las costas septentrionales del Mar Cantábrico y de Galicia, y las meridionales de la costa andaluza.

La Costa atlántica septentrional o Cantábrica:
Paralela a la cordillera del mismo nombe, presenta un carácter rectilíneo, que contrasta con las formes curvilíneas del litoral mediterráneo.
Es rocosa y con abundantes acantilados y rasas, a causa de la proximidad de la Cordiller Cantábrica y los Montes Vascos.
El carácter agresivo del mar Cantábrico, con fuertes mareas y oleaje, ha tenido mucha influencia en el modelado de la costa, donde escasean las playas y predominan las formas abruptas.
Son frecuentes las pequeñas rías de boca estrecha. Destacan la del Nalón i la del Nervión.
En esta costa se encuentran:
Los cabos de Machichaco, Ajo, Mayor, Peñas y Estaca de Bares, la ría de Bilbao y la bahía de Santander.

La Costa Gallega:

Su característica más notable es su morfología rocosa y abrupta, donde se alternan cabos y rías. Son consecuencia de la invasión por el mar de los valles fluviales abiertos en las numerosas fracturas del Macizo Galaico.
- Las "Rías Bajas" son las que más penetran hasta el interior (hasta 30 km). Son amplias y profundas, originadas por el hundimiento del litoral. Destacan las rías de Muro, Arosa, Pontevedra y Vigo.
- Las "Rías Centrales" son valles fluviales inundados. Destacan las rías de A Corunya, Ferrol y Betanzos.
- Las "Rías Altas" son cortas y estrechas. Destacan las rías de Ortigueira, Vivero y Ribadeo.
Los cabos más importantes son Ortegal, Touriñán y Finisterre.

La Costa Atlántica Meridional:
Se extiende desde la desembocadura del río Guadiana hasta el Peñón de Gibraltar.
Está dominada por el Golfo de Cádiz, que se corresponde con la zona más baja de la depresión del Guadalquivir.
En su mayor parte es baja y arenosa, porque no hay montañas cercanas, sobre todo entre Ayamonte y el cabo de Trafalgar.
Predominan las marismas, como las formadas en la desembocadura del Guadalquivir, las flechas litorales y las dunas.
El estrecho de Gibraltar tiene una anchura mínima de 13 km y en él hay la bahía de Algeciras y el Peñón de Gibraltar.

Las costas mediterráneas.
Están formadas por una serie de arcos cuyos extremos son cabos rocosos, ocasionados por salientes del Sistema Ibérico y de las Cordilleras Béticas.
Se alternan costas altas y rocosas con costas bajas y arenosas.
Cabe diferenciar tres sectores:

El sector Bético:



Desde Gibraltar al cabo de la Nao, presenta zonas de acantilados donde las Cordilleras Béticas discurren paralelas al litoral, que se alternan con costa baja y arenosa .
Son frecuentes los campos de dunas y las albuferas (el Mar Menor).
Destacan los cabos de Gata y Palos y los golfos de Almería y de Alicante.

El Golfo de Valencia:



Se corresponde con otro gran óvalo que va desde el Cabo de la Nao hasta el Delta del Ebro.
Es el sector de costa baja más extenso de la Península .
Se alternan playas, albuferas (Mar Menor, Valencia) y Tómbola (Peñón de Ifach en Calpe) .

El Litoral Catalán:
Va desde el delta del Ebro al Cabo de Creus .
De sur a norte se alternan las playas y los acantilados que se hacen más abundantes cuanto más al norte, en la conocida como "Costa Brava" catalana, donde la Cordillera Costera Catalana se introduce en el mar.
Destacan el Delta del Ebro, el cabo de Tortosa y el Golfo de Rosas.

Los ríos de la Península Ibérica.
En la Península Ibérica los ríos se agrupan en tres vertientes, según el mar o el océano en el que desembocan:


Ríos de la vertiente cantábrica.


Río Sella (Asturias).

Los ríos de esta vertiente son cortos y llevan mucho caudal porque las montañas donde nacen se encuentran muy cerca del mar Cantábrico, al que desembocan. Además, estos ríos son caudalosos porque las precipitaciones en estas tierras son abundantes prácticamente durante todos los meses del año.

Ríos de la vertiente atlántica.



El río Duero.



El río Tajo en Toledo.



El río Guadiana y el puente en su desembocadura en Ayamonte.


El Guadalquivir en Córdoba.


El Guadalquivir en Sevilla.

Se trata de ríos largos, que nacen lejos de la desembocadura, en el océano Atlántico, y que reciben numerosos afluentes a lo largo de su curso. En general son ríos caudalosos, aunque sufren notables estiajes durante los meses de verano.

Ríos de la vertiente mediterránea.


Río Segura.

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El Ebro en Zaragoza

Salvo en el caso del Ebro, los ríos mediterráneos son cortos, de poco caudal y muy irregulares. Las crecidas de estos ríos son muy notables cuando llueve torrencialmente en primavera y en otoño, pero sufren estiajes muy intensos durante el verano, como son los casos del Turia o del Segura.

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Delta del Ebro.



Albufera de Valencia.

En la costa mediterránea y en el Atlántico sur se han formado estuarios y deltas. Se trata de depósitos fluviales en la desembocadura de los ríos, en el primer caso, la erosión marina supera la acumulación fluvial, y en el segundo, al revés. También hay albuferas, lagunas formadas por aguas marinas en zonas de playa baja debido al adelanto de la tierra sobre el mar. Estos humedales litorales han dado lugar a ecosistemas muy variados.

5. El relieve de las Islas Baleares


El archipiélago balear descansa sobre un zócalo submarino separado de las costas catalanas peninsulares por un canal de más de 1.000 m de profundidad. En conjunto forma una masa compacta que se eleva desde las profundidades, al este de Menorca, y se prolonga hasta alcanzar la zona litoral valenciana meridional a través de una amplia plataforma costera, la profundidad de la que no rebasa los 500 m.
Las islas tienen su origen en el geosinclinal profundo donde se depositaron los materiales del Secundario y del Terciario, el cual dio también origen a las cordilleras béticas. Las Baleares emergieron en el plegamiento alpino estireno, entre la sedimentación burdigaliana, plegada, y la vindoboniana, transgresiva horizontal.
En Menorca la sedimentación burdigaliana aparece horizontal, lo que hace suponer que la emersión de esta isla es anterior a la de las otras, pues es la única en la que afloran sedimentos paleozoicos, tanto marinos como continentales. Esto demuestra que esta porción del macizo sardocatalà quedó emergida durante una parte de la era primaria.
Los materiales paleozoicos carecen casi por completo a las otras islas, la historia geológica de las que se inició a comienzos de la era secundaria, momento en el que se depositó por encima de los materiales rojos de la base del Triásico la potente serie caliza del Triásico medio, que quedó cubierta por un mar suma durante el fin de este período, y volvió a emerger, aunque por poco tiempo, al empezar el Lies. Después las aguas la volvieron a cubrir depositándose las potentes series del Lies superior y en algunos puntos las del Jurásico y del Cretácico, momento en el que se llegó a la máxima profundidad de este mar, lo que dio lugar a la formación de rocas radiolarítiques.
El inicio de la era terciaria es marcado por frecuentes movimientos transgresivos y regresivos, que hicieron sedimentar, junto con las facies marinas, las facies lignitíferes continentales, los cuales materiales en el Burdigala superior quedaron violentamente replegados por la orogénesis alpina, por cuanto el esqueleto del archipiélago actual cae dentro del arco tectónico de esta orogénesis. A partir de ese momento sólo fueron pequeños movimientos de hundimiento o de levantamiento que afectaron el conjunto de las islas, gracias a los cuales se depositaron, en el área deprimida entre las cordilleras norte y sur de Mallorca y también en las pequeñas Pitiusas (Ibiza y Formentera), los depósitos horizontales del Mioceno, y, de una manera marginal, los cuaternarios correspondientes a los máximos niveles glacioeustàtics.
Fue a finales del Terciario y principios del Cuaternario cuando la fragmentación de la Tirrènida aisló e individualizar cada una de las islas.




Mallorca tiene una sorprendente variedad del paisaje en relación con su reducida superficie, contrastando con la simplicidad que presentan las otras islas.
Se diferencian las comarcas montañosas de Tramuntana al oeste y las sierras de Llevant al este, con la comarca del Pla entre ellas, aunque surgen en la llanura algunos afloramientos rocosos como el macizo de Randa.







Menorca es la más oriental de las islas, y su forma es compacta, de contornos bienes definidos. Una línea casi recta, que va desde el puerto de Maó hasta el NE del término de Ciutadella, separa dos zonas geológicas diferentes. Al norte la comarca de la Tramuntana, de roca silícea de la Era Primaria, que cuenta con pequeñas colinas viejas, rebajadas y redondeadas por la erosión, y al sur la comarca de Migjorn, de roca calcárea de la era Terciaria, con la cumbre más elevada de la isla, el Monte del Toro (350 metros), una zona cortada por torrentes que tienen sedimentos arcillosos.



La morfología de Ibiza y de Formentera es parecida a la de Mallorca, aunque en proporciones menores. Emergidas durante el mismo plegamiento estireno, ambas islas tienen tres series tectónicas orientadas análogamente a las de la sierra de Levante de Mallorca, que se suceden de norte a este, y sus pliegues son dispuestos longitudinalmente.


Destacan en Eivissa las montañas de Es Amunts al norte y las sierras de Portmany al sur. 


En Formentera tenemos dos pequeñas cumbres, al oeste el cabo de Barberia, y al este La Mola (197 metros), unidas per una llanura formada per una flecha litoral de arena.


6. Las costas de las Islas Baleares
El modelado litoral de las Islas Baleares presenta cuatro formas de relieve: acantilado de marina, costa de marina con escalón, acantilados estructurales y arenosa costa baja.

Acantilado de marina, en Cala en Basset.

Acantilado de marina: costa rocosa con acantilados de alturas medias y acumulación submarina de escombros al pie del acantilado. Va asociado a áreas con litologías carbonatadas.


 
Costa de marina con escalón, en Santanyí.

Costa de marina con escalón: costa baja rocosa con gran desarrollo de las morfologías kársticas litorales, especialmente cuando están asociados a depósitos recientes como eolianitas y playas.

Acantilado estructural.

Acantilados estructurales: grandes riscos verticales, irregulares según la estructura geológica de la zona y caracterizados por una secuencia escalonada con sucesivas riscos. A los pies de pendientes hay acumulación de depósitos aluviales y coluviales.

Costa arenosa, a la plata de cala Santanyí.

Costa baja arenosa: playas arenosas bien desarrolladas, con formación de cordones dunares por acción del viento, que con mucha frecuencia cierran zonas de albufera y humedales.

El litoral de Mallorca.
El litoral de Mallorca presenta tres grandes dominios:
Acantilado estructural: en la Sierra de Tramuntana, Cap des Pinar, costa de Artà, sa Dragonera, Cabrera y los islotes que la rodean.
Acantilado de marina: el litoral suroriental de la isla, las Marinas de Llucmajor, Santanyí y Levante. También aparecen tramos en el sector del Cap de Cala Figuera.
Costa baja: fondos de las principales bahías en las que alternan tramos arenosos con otros de litoral con escalón.

El litoral de Menorca.
El litoral de Menorca presenta diferencias entre la costa septentrional y la meridional:
En el litoral sur, desde el sur del Puerto de Maó hasta Cala Morell, predominan los acantilados de marina.
En el litoral de Tramuntana predominan los acantilados estructurales.

El litoral de las Pitiusas.
Ibiza:
Predomina el acantilado estructural.
La costa arenosa se encuentra en Cala San Vicente, es Figueral y desde Talamanca hasta la Playa d'en Bossa.
Se puede encontrar litoral con escalón al Codolar.
La costa baja y rocosa se localiza en el sector meridional de la Bahía de Portmany.
Formentera:
Es la isla con una mayor proporción de costa baja.
Presenta dos tramos de costa con acantilado de marina, coincidiendo con los promontorios de la Mola y Es Cap de Barbaria, así como otro en la Punta Prima.

7. Los recursos hídricos de las Islas Baleares

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Ningún curso de agua se mantiene constante en Baleares, debido a la escasa dimensión de las islas, el relieve, la naturaleza calcárea del suelo y las condiciones de escasa pluviosidad. Por ello, el carácter torrencial es el principal rasgo de su red hidrográfica, compuesta por lechos secos de torrentes que sólo son inundados por caudales momentáneos o de poca duración debido a las lluvias torrenciales, que se prolongan cuando reciben aportaciones de los manantiales, como ocurre con los torrentes de la región de Sóller y de Lucas, en Mallorca. Menorca e Ibiza tienen cuencas mucho más reducidas y condiciones hidrológicas todavía más secas, excepción hecha del pequeño torrente que se dice río de Santa Eulària, en Ibiza, que solo se seca en breves periodos gracias a los manantiales que lo alimentan.
A la embocadura de algunos torrentes, y situadas en zonas bajas y llanas, hay lagunas o albuferas. La principal es la de Alcúdia, Muro y sa Pobla, seguida de la del prado de San Jorge y de la de salobrar de Campos, las tres en Mallorca. En Menorca hay s'Albufera des Grau.
El agua escasea en las Islas: su estructura cárstica hace que el suelo absorba inmediatamente el agua de lluvia y cree capas freáticas, que son aprovechadas en las zonas poco profundas mediante pozos. Hay pocas fuentes naturales: su emplazamiento produce una fertilidad desacostumbrada de las tierras. Predominan al pie de la sierra de Tramuntana, en Mallorca, donde se extienden las mejores huertas (Sóller, Banyalbufar, Pollença).

FUENTES.
Blogs.
España: la diversidad hídrica, biogeográfica y de suelos.*
Geografía física de las Islas Baleares.*